El 35% de la población adulta en Chile tiene colesterol alto. La parte más preocupante es que casi todo lo que saben sobre su enfermedad probablemente es erróneo. En este artículo te presentamos la opinión de expertos médicos sobre siete ideas equivocadas comunes sobre el colesterol.
Mito: el colesterol es malo
Realidad: el colesterol es como el chocolate, bueno en moderación. Es engañoso llamar al colesterol una grasa nociva que obstruye las arterias, porque el colesterol desempeña muchas funciones importantes.
Entre los beneficios de esta sustancia, están que nos ayuda a producir las hormonas, las membranas celulares y la vitamina D, y ayuda con la digestión. También juega un papel en la función cognitiva, ya que ayuda a formar recuerdos. La mayor parte del colesterol en el flujo sanguíneo es, de hecho, creado por el organismo, no tu dieta.
Aun así, esto no significa que debes consumir bistec y olvidarte de las frutas. Para mantener los niveles de colesterol menores de 200 miligramos por decilitro, o mg/dl, es esencial ejercitarse, seguir una dieta equilibrada, mantener un peso saludable y dejar de fumar.
Mito: la mejor dieta es una baja en grasas
Realidad: reintroduce la mantequilla. Las investigaciones están cuestionando la idea, difundida desde hace décadas, que la grasa saturada —que se encuentra principalmente en la carne, la mantequilla y los quesos— es la principal causa de la obstrucción de las arterias y las enfermedades cardíacas. Aunque la grasa saturada aumenta el colesterol LDL (el «malo»), también aumenta el colesterol HDL (el «bueno»). Además, existen otros villanos dietéticos —tales como consumir demasiado azúcar y carbohidratos— que también provocan aumentos en las partículas que obstruyen las arterias. Según un estudio publicado el año pasado en la revista Annals of Internal Medicine, no hay relación entre el consumo de las grasas saturadas y un riesgo más elevado de sufrir ataques cardíacos. Los alimentos altos o bajos en grasa saturada pueden ser dañinos, beneficiosos o neutros, dependiendo del tipo de alimento, dice el Dr. Dariush Mozaffarian, coautor del estudio y decano de la Friedman School of Nutrition Science and Policy de Tufts University. Una dieta baja en carbohidratos —o sea baja en alimentos como el pan blanco, arroz blanco, papas, galletas y azúcar— es más eficaz para aumentar el colesterol «bueno» y reducir los triglicéridos, dice él. Agregar grasas saludables, como las nueces y el aceite de oliva, también puede reducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos y derrames cerebrales.
Mito: debes ayunar antes de hacerte una prueba de colesterol
Realidad: no es necesario presentarse para la prueba de colesterol en ayunas. Según investigaciones publicadas en la revista Circulation en las que se compararon los perfiles de lípidos sanguíneos de pacientes en ayunas y sin ayunar, los resultados para el colesterol LDL, los triglicéridos y el colesterol total son igualmente precisos. Además, no hay diferencia en la capacidad de las pruebas que se realizan en ayunas o sin ayunar de predecir la muerte por enfermedades cardíacas.
«Las personas se pasan la mayoría del tiempo en un estado sin ayunar», dice el Dr. Sripal Bangalore, investigador principal y profesor adjunto de medicina en New York University. «No tiene sentido medir sus niveles de colesterol cuando se están comportando lo mejor posible».
Exigir que los pacientes estén en ayunas no solo es inconveniente, también podría afectar las opciones de tratamiento. Bangalore señala que frecuentemente, a los pacientes que no ayunan se les exige volver a programar la prueba, algo que podría demorar el tratamiento. «Espero que [el estudio] cambie las prácticas para las pruebas de colesterol, y que más médicos se sientan cómodos con los resultados de las pruebas que se realizan sin ayunar», dice él.
Mito: las estatinas resolverán el problema
Realidad: para algunas personas, incluidas aquellas con enfermedades cardíacas, los medicamentos para reducir el colesterol forman una parte importante de su tratamiento. Pero algunas de ellas podrían dejar de tomar estatinas —y evitar sus efectos secundarios— y lograr los mismos resultados con cambios en su estilo de vida.
Según un estudio publicado en el 2013 en la revista BMJ, llevado a cabo por el Dr. John Abramson de Harvard, experto en políticas de salud, las personas con un riesgo menor de un 20% de padecer enfermedades cardíacas en los próximos 10 años no tienen una reducción significativa de muerte como resultado de tomar estatinas.
Aunque según la investigación las estatinas no agregan beneficios de salud generales en aquellas personas con un bajo riesgo de padecer enfermedades cardíacas, los médicos siguen recetando los medicamentos. El riesgo, según Abramson, es que los pacientes tomen la pastilla en lugar de centrarse en aquellos cambios en el estilo de vida que son igualmente eficaces en la reducción del riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
«En muchos casos, el ejercicio, seguir una dieta saludable y dejar de fumar son mucho más eficaces en la reducción del riesgo de padecer enfermedades cardíacas que tomar estatinas», dice él.
Mito: los medicamentos para reducir el colesterol podrían arruinar tu vida sexual
Realidad: podrían mejorarla. Aunque existen inquietudes en cuanto al efecto que las estatinas pudieran tener sobre la producción de la testosterona debido al papel que juega el colesterol en la producción de dicha hormona, según un estudio publicado en el 2014 en la revista Journal of Sexual Medicine, las estatinas en realidad mejoran la función eréctil por casi un 25%.
La ciencia funciona de la siguiente manera: el colesterol obstruye las arterias y limita el flujo sanguíneo. Las estatinas reducen el colesterol, por lo que se mejora la capacidad de dilatación de las arterias, que podría ayudar a mejorar la función eréctil. El Dr. John B. Kostis, investigador principal y decano adjunto de investigaciones cardiovasculares en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de Rutgers University, advierte que las estatinas no se deben usar expresamente para mejorar la función eréctil. Pero si de todos modos están tomando estatinas, los hombres podrían notar una mejora «dentro de un par de semanas».
Mito: si vigilas el colesterol, los huevos son tus enemigos
Realidad: incluye de nuevo los huevos en el menú. El Dietary Guidelines Advisory Committee federal recientemente dejó de recomendar que los adultos saludables limiten los alimentos altos en colesterol, como huevos y mariscos, porque según investigaciones, estos solo afectan levemente el colesterol sanguíneo. De hecho, según investigadores de Yale University, hasta aquellas personas con enfermedades coronarias pueden consumir sin peligro dos huevos por día por seis semanas y no experimentar efectos adversos en sus niveles de colesterol. Además, el huevo también es buena fuente de colina, un nutriente que juega un papel importante en la memoria, y la yema está repleta de antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que ayudan en la prevención de la degeneración macular, que afecta la visión.
Mito: las estatinas son el único medicamento en el mercado para reducir el colesterol
Realidad: aunque las estatinas siguen siendo las más populares, una nueva categoría de fármacos conocidos como inhibidores de PCSK9 prometen reducir marcadamente los niveles de colesterol LDL (el «malo»). Según un estudio publicado en el 2014 en la revista Lancet, los fármacos, que en la actualidad se están probando en ensayos clínicos, redujeron los niveles de colesterol LDL hasta un 60% más que los medicamentos placebo. Si los fármacos demuestran su seguridad, representarían una grata alternativa para los pacientes que no toleran los efectos secundarios de las estatinas tradicionales.
Fuente: AARP
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